viernes, 10 de septiembre de 2021

OTORANO, AMBIENTE Y VIRAZÓN

Septiembre. Terminó el veroño y comenzó el otorano.  

Sol, NE ¡cálido! (algo está pasando), el Cantábrico con tan poca ola que ni se despeina. La luz ya cae inclinada y empiezan los ocres a tamizar el verde, el azul, las playas.

Luna nueva: mareas vivas de 101: altísima la plea (a una cuarta de desbordarse por el muelle) y la bajamar tan baja que deja el páramo a la vista en su totalidad y la canal parece un río...

Las medidas anticovid dan un respiro y las amigas de mis amigas llegan de visita. Un desembarco por todo lo alto tras este tiempo de sequía emocional... Llega Magali de Xixón, con MºJose (Guipúzcoa) y Mamen (la Palma), si, de Canarias.

¿Qué a Mamen le hace ilusión un paseo en el Narval por la bahía? pues lo damos. El día es bueno, la marea óptima y aunque hay N.O. (gallego) el viento es flojo y olvidé aquello de que "con gallego a cubierto", así que zarpamos tres de cinco rumbo al puntal por la aleta y alegremente. Dos conmigo al barco y el resto se queda por la ría de Astillero paseando.

Navegar sobre el páramo con 3 m de agua es una maravilla porque hay espacio, no hay que lidiar ni esquivar balizas, boyas o mercantes, motoras ni veleros.

-Sujeta la caña ¡voy a izar!

-¿La caña? ¿bebemos cerveza?

-¡No, el timón!

-¡Ah, vale, es que no sé la jerga marinera...

-¡A la vía!

-¿Cúalo? pero si no estamos en el Hospital...¿qué vía?

-Ja,ja... ¡no! "al medio" para mantener el rumbo

-Vale. Que raro hablas en el barco...

Y así, entre chascarrillos, trompos y otras alegrías, íbamos llegando hacía el puntal.

-¡Aquel barco viene hacia nosotras!

-Sí, ¡por babor! Es un Sum 2.000 verde que hace la maniobra de abordaje a la perfección maniobrado por Luis, que está navegando en sus personales rumbos.

-¡Hola! ¿volvéis?, pregunto

-Sí, venimos de Mouro

-Nosotras vamos hacía el puntal 

-¡Nos vemos luego!, ¡buenos vientos!

Los barcos pasean sus bordas próximas y en rumbos contrarios y sus estelas marcan un paralelo durante unos minutos no exento de belleza.

¿Buen viento? apenas han pasado unos minutos y estábamos planteándonos en si volver al puerto o seguir al puntal, cuando el cielo azul ribeteado de nubes blancas ocasionales en un plis plas, se torna negro, sube la velocidad del viento y las rachas empiezan a ser de 20/23 N. La bahía se encrespa y se ponen las olas picudas, verdes...

-Virazón, pienso. Aunque tiene otras acepciones en El Barrio pesquero le dicen a un cambio brusco de tiempo que se avisa con vientos fuertes, nubes negras, mala mar y lluvias, si viene como es el caso, del oeste.

Allí en El Barrio, se persignaban pensando en los pescadores y para que volvieran todos y sanos...

-Chicas ¿volvemos?

-Vale, parece que se nubla. Y tanto, pensé yo...

La virada tuvo su gracia con marinería poco experta, porque si el timón iba a un lado, el Génova iba al contrario y al cazarlo, el timón, ya estaba del lado opuesto cual peonza. 
Pero viramos. Puse rumbo al extremo norte del puente de Calatrava. El viento sube, las rachas llegan a 27N (más de 50km/h) o damos bordos o recogemos trapo porque nos viene de proa. Mis grumetas invitadas se abrigan y charlan de sus historias mientras disfrutan del vendaval. El bordo que llevo me saca de rumbo, me abate si abro la mayor.  Hemos llegado derivando  por la fuerza de las rachas, al través con la Botín. La marea está bajando (1,9 m), las crestas de las repentinas olas nos salpican. Decido ser conservadora...

-¡Sujeta la caña como está! Proa a los silos verdes, al viento.

-Suelta la escota, la azul de babor ¡ahora! El enrollador no falla y en un ¡zas!, el Génova vela está recogido.

-Sigue así, Mamen, ¡la proa al viento!
La mayor flamea, se agradecen los sables completos en este momento porque el flameo es más suave, mas amortiguado, sin golpeos, tiro del cabo de arriar y suelto el stoper de la driza. Rápido y sin complicaciones y desde la bañera, la vela esta en su cuna en la botavara. Las olas nos zarandean...arranco el motor.

-Pareces seria ¿te pasa algo?
-No, estoy concentrada.

Hasta el puerto y a motor quedaba poco y el atraque fue labor de equipo haciendo cada cual lo que se le explicó que hiciera de camino al pantalán.

-Bien por la marinería. Con el viento de proa coser y cantar.
-Titulo de bautismo con sobresaliente para las chicas.

Volvimos a encontrarnos las 5. A reírnos y celebrarlo, ahora sí, con unas cañas.
Ah, y cosas del tiempo: amainó y no llovió.


 







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