jueves, 18 de febrero de 2021

Sin regatear, regata, en agosto del mítico 2020

 -¿Ya no sales a navegar? No has vuelto a hacer entradas en el blog...

   Vicente es una buena persona que amarra su magnífica y siempre impoluta motora preparada a bonitos, en Puerto chico, donde el Narval atracó del 2017/18 a su llegada a Santander. Vecinos de pantalán nos recibió y trató siempre con una sonrisa y el mejor consejo en cada caso, obviando mi bisoñez en el arte de disfrutar de la bahía.

-Sí que salgo. Lo que se puede. Pero con esta situación de pandemia, sufrimiento  y zozobra por doquier se me han atascado las ganas de relatar...

-Pues te equivocas, ¡Yo disfrutaba con los relatos!

-Entonces tendré que volver a ellos! Un saludo Vicente. Cuidaos.

   En estos días salir en el barco ha dejado de ser un rato de distracción, una ocasión para la aventura, el placer de sentirse ajena a la rutina y responsable exclusiva del momento, para pasar a ser refugio ante una realidad que atenaza y se proyecta hacia un futuro que extiende un manto de sufrimiento no solo individual, sino social.De todos, de todas.

   Tras un mes de julio de vientos curiosamente (no es habitual) racheados del este, con un Puntal abarrotado de barcos como ningún año, llegó un agosto similar. Diríase que tras el confinamiento por el Covid salir a la Bahía es un ejercicio de exorcismo que clama por la "normalidad" y por dar por terminada la dura experiencia y la enfermedad. Estamos navegando. Hace sol y viento. Hay más peces que antes, ¿todo normal?...

-¡Nos vamos a Santoña!

-Está confinada. Un pesquero de Burela ha desembarcado marineros enfermos y hay un brote.

-Entonces a Vizcaya tampoco vamos.

-Pues salimos al norte a ver Peña Cabarga de lejos y la ciudad tras el horizonte. Unas millas al norte de Mouro.

-Vale, si hay que volver a Raos ¿qué tal si tiramos una cacea? vamos a 4kts. (nudos)

   Es sábado, viento bonancible (11/16 nudos) del este y es media mañana.

Cruzamos por el páramo directo a la boca de la bahía hacía la boya 1, atajando ya que la marea es alta, de 80, y además hay menos tráfico marítimo que por la canal. 

   Sale un carguero con la motora del práctico a popa. Suena su sirena tuuuuuuuuu largo... a la proa del carguero unos 10 óptimis (2,30 m de eslora y un tripulante) cruzan de puerto chico hacia al páramo donde aprenden a manejar las velas y a tantear al viento. No hay peligro, ya han pasado. Más de una veintena de motoras van y vienen a diferentes velocidades por doquier. Las olas que levantan chocan unas contra otras volviéndolas picudas e incomodas de pasar.

   También hay unos lásers de un tripulante y 4,2 m. de eslora cogiendo boyas en la Magdalena y siguiendo las instrucciones a voces que desde la zodiac les mandan

-¡Arriba! ¡Más!. ¡Cuidado no os salgáis a la canal! ¡Orza! ¡Orza!

   Una muchachuca de unos 12 años nos corta la proa con decisión, vira hacia estribor y en un plis, nos corta la popa sonriente y decidida: nos ha hecho una ciboga sin pestañear.

   A la altura de la boya 4, del Río Cubas, el ajetreo es mayúsculo. El puntal es un hervidero de lanchas, botes, motoras, veleros y yates. Nunca había visto tantos ni tan juntos ni ¡tan cerca de la playa! 

- ¡Salimos! ¡Deja la Osa (boya 3) con rumbo a la Nube (boya 1) que también la zona de las quebrantas tiene el fondeo lleno!

-¿Sta. Marina?

-imposible, lleno también de barcos y está bajando la marea.

  La aguja del barco marca 90 por la proa. El viento es del sureste. Dejamos atrás Mouro para enfilar al Norte por la boca grande. Ahora las olas son del Cantábrico y aunque de 0,5-1m y con algo de espuma, las cogemos por la aura de babor y la navegación se hace más tranquila y armoniosa.

-¡Mira al Sardinero! ¡Hay unos 30 veleros, alguno imponente!

-Es la regata de los sábados, la han sacado al abra.

-¡Ahí van! ¡Mira que ceñida.

-Claro, van hacia el este, hacia cabo Quintres de bolina. Nosotros vamos por la aleta  que es más cómodo.

   La regata embellece la vista ya de por si magnifica, con el despliegue de velas de todos los tamaños. El día es fresco pero limpio. Azul y verde la costa, verde y azul la mar y entre ellos la linea amarillo canela de la arena que separa ambos universos.

   Hemos sobrepasado cabo mayor y ya avistamos el Panteón del Inglés. En la radio del barco suena country, muy apropiado para cabalgar los penachos de las olas 

-Allí hay una baliza azul!

-Es de la regata. ¡Ya están volviendo hacia ella!

-¿La cogemos? Creo que nos dará tiempo

- Ainssss...¡Vale, a por ella!

   La baliza está más al oeste de nuestro rumbo pero cambiarlo para ir de través solo nos obliga a cazar el Génova y la mayor y no mucho. Arrecia el viento a fresquito (17-21 nudos) y volamos a 5 kts hacia el punto azul cada vez más próximo. Nos metemos en el reto emocionados

-¿Por dónde la cogemos?

-¡Por estribor! ¡Tú el timón , yo el aparejo! Se acerca la regata...

-¡Nos da tiempo de sobra y nos salimos del campo!

-¿Preparada? ¡Atenta!

- ¡Ahora!

   Como si nos jugáramos algún premio tomamos la baliza limpiamente y viramos enfilando después al sur dejándonos caer hacia el oeste, hacia la costa.

-¡Bien! ¡Conseguido!

   Decidimos seguir ese rumbo y fondear frente a los Molinucos para tomar un merecido refrigerio de vino blanco. 

   Con tantas emociones ¡olvidamos que llevábamos la cacea por la popa!. Menos mal que no la enganchamos en la ciaboga, ni la perdimos. No picaron pero...fue divertido y olvidamos por unas horas que vivimos estos malos tiempos.


la vuelta, en calma..












3 comentarios:

  1. Precioso relato y estupenda singladura, pero mejor recuerdo de libertad en el mar. Reconforta mucho y se envidia más (sanamente).

    ResponderEliminar
  2. Claro relato de las vicisitudes que pasa el navegante. Para una neofita, muy instructivo!!!

    ResponderEliminar
  3. MUy entretenido y didáctico para las profanos en el argot marinero...¡¡Qué ganas de ir para disfrutar de la Bahía!! De la compañía también...Un abrazo.

    ResponderEliminar

Todas las opiniones son bienvenidas, salvo las Trols, que no se publicaran.